Y ahora las cifras con rostro y nombre me han arrebatado para siempre mi inocente
tranquilidad.
No conseguía dormirme y me he levantado para pensar a gusto.
Afuera es de noche y el viento sopla, cae la lluvia y, taladrando la oscuridad, las luces de
la calle dicen que afuera hay seres vivos.
Pero lo que me molesta son las otras luces, ¿Por qué han tenido que venir a encenderlas
delante de mis narices?
Ellas me han despertado de mi otro sueño y me mantienen cautivo mientras, afuera en la
ciudad, traidoramente, todo sigue igual.
Pero yo no puedo liberarme: conozco demasiado estas otras luces y las veo surgir como
visiones, las oigo que me hablan, siento sus bofetadas.
Sé de una habitación donde se mezcla el olor a sudor y cansancio de ocho personas
amontonadas, para poder extender los colchones,
Sé que las ratas se acercan para devorar las migas y morder a los niños.
Sé de una madre que tiene que pasar el día de pie vendiendo en la calle, y en la noche
dormir sentada porque solo hay una cama y los tress hijos están enfermos,
Sé que un borracho vomita sobre su hijo que está junto a él,
Sé que un muchacho se larga en la noche porque ya está harto
Sé que los hombres se pelean por las mujeres porque dos matrimonios duermen en el
mismo cuarto…
Sé que una muchacha tuvo un hijo de su hermano porque tienen 20 y 16 años y no hay
más que una cama,
Sé que la esposa se niega al marido porque no hay sitio en la casa para otro niño,
Sé que un niño agoniza dulcemente disponiéndose a juntarse allá arriba con sus dos
hermanos pequeños.
Sé todo esto y mucho más,
Y quisiera no saberlo.
Quisiera que todo esto fuese una serie de fábulas,
Quisiera que fuese solo una historia de periódico o un relato de la televisión.
Quisiera pensar que estoy soñando, que alguien me convence que soy un exagerado,
Que alguien me demostrase que toda esta gente tiene la culpa de lo que pasa,
Que si son infelices es porque se lo han ganado.
Quisiera tranquilizarme, pero no puedo.
Ya es demasiado tarde, he visto demasiado.
He oído demasiadas cosas, He hecho demasiado bien las cuentas,
He hecho números,
Y ahora las cifras con rostro y nombre me han arrebatado para siempre mi inocente
tranquilidad.
Y aunque quisiera no lo podré olvidar…
No se quién es el autor.
No se quién es el autor.
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